Preámbulo
Vaya por delante mi respeto a aquellos grupos humanos, habitualmente naciones que, quieren y democráticamente deciden su independencia, en el más estricto sentido de la palabra. Es decir, sin que cualquier relación que pueda haber con otros, entrañe compromiso alguno de dependencia o interdependencia.
Permítanme, que no entre a valorar la viabilidad o realismo, en el mundo actual, de una sociedad de este tipo que, seguramente, existiese en la antigüedad.
Plantearé algunos modelos formales de relación, plasmados, de uno u otro modo, en casos reales. Comenzaré por los modelos personales, ya sean las personas físicas o jurídicas, presidentes o delegados, sea su voto ponderado o no. A continuación, el modelo de representación democrática y un modelo mixto.
Espero que mis reflexiones sirvan a cualesquiera grupos humanos, sean regiones, naciones, etc, que, en mayor o menor medida, desean estar en organizaciones más amplias.
Relación uno a uno
Dos colectivos que, como estrellas binarias, ligadas orbitan en torno a su centro de masas. Digamos; su punto en común, entre las dos y fuera de ambas; su acuerdo.
Algún ejemplo de este tipo de relación hay o ha habido, entre empresas, las llamadas "joint venture". No conozco un caso real entre naciones; acaso algún tratado para aspectos puntuales de su relación comercial que, en ningún caso llega a ser una agrupación de ambas en otra organización que las englobe. De haber alguna relación bilateral, sería ésta.
Relación ene a uno
En este caso, sólo una entidad es interlocutora única de todas las demás. De algún modo, existe una jerarquía en ella, una dependencia de las ene entidades respecto a una. Valga como ejemplo la de las provincias con su gobierno; ya sea con el de la nación, antes en España y hoy en otros países, o el autonómico.
En teoría, no se da entre naciones, aunque en la práctica, la preponderancia de una de ellas hace que lo sea de hecho, en gran medida. Estoy pensando en la OTAN.
En todo caso, no parece la relación deseada por los ciudadanos de ninguna comunidad, ser una de tantas a despachar con una de la que todas dependen.
Relación ene a ene
Cada comunidad humana se relaciona con todas las demás. Ideal si son pocas las entidades de población con poblaciones y potenciales semejantes. Dicen los sociólogos que, el número ideal de participantes en una reunión que optimiza su productividad, es de cuatro o cinco. No porque los acuerdos sean más fáciles que con dos o tres, sino porque las dificultades favorecen la creatividad.
Cabe la tentación de extender a la asociación de ene comunidades el método de las relaciones bilaterales, buscando ese centro de gravedad, solución a los habitantes de cada una de ellas y sus intereses. Veamos la dificultad:
- G8 que más tarde quedó en G7 y hoy no sabemos si puede quedar en G6.
- ONU. No funciona en ella este tipo de relación, desde el momento de que los derechos de unas y otras son distintos: algunas a vetar y el resto no.
- Tratados de libre comercio.
Estas organizaciones tienen en común la debilidad de las uniones entre las naciones. Conocida la dificultad, a medida que crece el número de naciones, no ha de extrañarnos. Desde luego, no veo que sus respectivas ciudadanías se sientan integradas en una familia formada por la unión de sus naciones. A mi entender, por dos razones:
- Las negociaciones se reducen, de hecho, a un reducido grupo de ellas, las de mayor población y capacidad económica. Las relaciones del resto, a poco más que la aceptación o rechazo de lo acordado por las primeras. Si es que de algo les vale.
- Los acuerdos alcanzados, apenas superan la intersección de los conjuntos de los deseos de los miembros. No dan para enamorar; acaso. para una fría amistad de conveniencia.
Modelo de representación democrática
Cada comunidad o nación aporta una representación a la entidad que engloba a todas, a la que quiere libremente pertenecer, y que, para ser democrática, estará ponderada por su población. Éstas lo serán, obviamente, de los intereses y deseos de cada una de ellas. Y sí, estoy hablando de un parlamento, con todo lo que conlleva.
Es evidente que cada nación ha de tener su representación en él. Calcular el número para cada nación sería sencillo para poblaciones similares. A medida que decrece porcentaje de población de alguna respecto a la total crece el problema y el tamaño de la cámara. No digamos si se quiere dar voz a las distintas sensibilidades de cada una. Pongamos un ejemplo:
La población de una de las naciones es el 1% del total y un 5% de su población requiere una representación específica de, pongamos, un parlamentario.
El número de escaños habría de ser: 1/(0,01 · 0,05) = 2.000
Si limitamos el número de escaños a los 751 de la UE, una de dos: o se sube el umbral para exigir representación o sería la mayoría la que esté menos representada.
Podemos discutir el modo en el que las normas que emanen de ese parlamento han de ser aplicadas: directamente por los gobiernos de cada comunidad o nación, o bien apoyarse en un gobierno o administración supranacional; pero no la aceptación de tales normas, democráticamente elaboradas; mientras pertenezcan a esa asociación, claro está.
Es evidente que cada nación ha de tener su representación en él. Calcular el número para cada nación sería sencillo para poblaciones similares. A medida que decrece porcentaje de población de alguna respecto a la total crece el problema y el tamaño de la cámara. No digamos si se quiere dar voz a las distintas sensibilidades de cada una. Pongamos un ejemplo:
La población de una de las naciones es el 1% del total y un 5% de su población requiere una representación específica de, pongamos, un parlamentario.
El número de escaños habría de ser: 1/(0,01 · 0,05) = 2.000
Si limitamos el número de escaños a los 751 de la UE, una de dos: o se sube el umbral para exigir representación o sería la mayoría la que esté menos representada.
Podemos discutir el modo en el que las normas que emanen de ese parlamento han de ser aplicadas: directamente por los gobiernos de cada comunidad o nación, o bien apoyarse en un gobierno o administración supranacional; pero no la aceptación de tales normas, democráticamente elaboradas; mientras pertenezcan a esa asociación, claro está.
No me voy a enzarzar aquí sobre si el parlamento ha tener una o dos cámaras, o su composición. Sólo plantearlo excede, con mucho, el objetivo de exponer algunos conceptos sobre modelos de relaciones humanas.
Construida así la comunidad de comunidades, es bien cierto que los sentimientos patrios de cada uno han de quedar supeditados a los acuerdos entre las representaciones de todas las patrias, lo que produce vértigo en buena parte de la ciudadanía. ¡Ya! ¿Acaso fue menor el que sentimos cuando formamos nuestra familia. O fuimos tan inconscientes que ni nos lo planteamos?
Con todos los matices que se quiera, este es el modelo utilizado por muchos de los estados federados, como Alemania, Brasil,... o uniones de estados, como EE.UU. o México.
Modelo híbrido
Como parece ser que para muchos es más fuerte el sentimiento patrio que la libertad propia, superponemos al parlamento consejos y comisiones, cada uno de ellos, con un representante por país, que se relacionan entre sí con el modelo ene a ene; con la problemática que encierra y lo viciado que puede llegar a quedar. No lo oculto, en mi mente está la UE.
Conclusiones
Si una ciudadanía desea pertenecer a una asociación, junto a otras ciudadanías, ha de cumplir inexorablemente con las normas de dicha asociación, y aceptar que no será su voluntad la que se cumpla, sino la acordada por el conjunto de ellas.
Ya que de asociaciones democráticas estamos hablando, cuanto menor sea su número de habitantes, menor será el peso de su voluntad en lo acordado. Obviamente, será satisfecha en la medida que lo sea de otras ciudadanías.
¿Cabe aspirar a la plena autonomía y libertad para aplicarla a nuestro antojo? Pues depende de que afecte o no a los socios, o de si conculca o no las normas que la asociación se haya dado.
¿Qué hacer si el acuerdo es contrario a nuestro deseo? Pues, o bien lo acepta (Escocia, Quebec), o lo que hace todo ser humano: se va de casa, se divorcia, deja el empleo o sale del grupo (UK).
¿Qué hacer si el acuerdo es contrario a nuestro deseo? Pues, o bien lo acepta (Escocia, Quebec), o lo que hace todo ser humano: se va de casa, se divorcia, deja el empleo o sale del grupo (UK).
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